Ciclo Palomitas XXI: Y… ¿»QUIÉN» es él?

¿Alguien le conoce? ¿Alguien le ha visto?

No voy a desvelar la identidad de este actor de cine clásico pero sí que daré pistas sobre su vida y sobre su trabajo. Se trata de una estrella cinematográfica australiana, nacido nada más y nada menos que en el lugar de procedencia del demonio más popular de la Warner Bros: Tasmania.

Su formación académica fue indudable. Pudo matricularse en los más importantes colegios de Londres y París gracias al renombre de su progenitor, que fue un prestigioso biólogo, antropólogo y oceanógrafo originario de Irlanda.

Sus inicios en el mundo laboral estuvieron centrados en el boxeo. Tiempo después, abandonó este deporte, dedicándose a todo tipo de empleos (buscador de oro, marinero, periodista, friegaplatos, pescador y minero, entre otros) para ganarse la vida. Un día hizo teatro y pronto fue fichado por la Warner Bros por su gran atractivo y por su personalidad envolvente que resultó realmente seductora en la pantalla grande. Se le llegó a identificar en todo el planeta como el playboy de Occidente. Él mismo llegó a creerse que ante su público sólo era un símbolo sexual y se degradó todo lo que pudo y más en su vida personal.

Se casó en tres ocasiones y tuvo cuatro hijos. Él mismo filmó siempre las escenas peligrosas de acción que debían hacer sus dobles, con los cuales prefería tomar más de una copa. Tenía una visión peculiar del valor; pensaba que no era una cualidad perdurable y que hasta las naturalezas más duras podían debilitarse tarde o temprano. Experimentó con todo lo que tuvo a su alcance: drogas (opio, cocaína, hachís, marihuana), cualquier tipo de afrodisiacos, fue adicto al sexo, al riesgo y a los líos con damiselas. No tuvo una vida ejemplar que digamos pero dejó interpretaciones de personajes muy interesantes.

No pareció muy feliz que digamos. No supo aprovechar todas las posibilidades que la vida le otorgó. Irving Rapper, director cinematográfico, llegó a comentar de él que había tenido el mundo entero en sus manos pero que sólo se dedicó a desperdiciar esa suerte. Murió de un paro cardíaco de manera prematura en Vancouver (Canadá) a la edad de cincuenta años. Su cuerpo estaba deteriorado por las drogas y el alcohol y a simple vista parecía bastante más mayor de lo que realmente era. Su padre le sobrevivió diecinueve años. Se ve que no supo dominar la fama y esta le engulló por completo.

Protagonizó casi sesenta películas durante su corta y maltrecha vida.

Como curiosidad les diré que la Warner Bros ofreció a David O. Selznick (productor) participar en el proyecto de Lo que el viento se llevó con una fuerte suma de dinero si escogía a sus actores de plantilla: a este actor sin identidad (por ahora) y a Bette Davis, como protagonistas. Selznick, sin embargo, quería a Clark Gable contra viento y marea, así que hizo un acuerdo con la Metro, poseedora del contrato del Sr. Gable, para hacerse con los servicios de este.

Conoció a la actriz Olivia de Havilland en el año 1916. Ella se había ido a California con su madre y su hermana, tras la separación de sus padres. Este caballero sin nombre se enamoró de ella en el acto. Contigo supe lo que es amar, confesó él, y ella, sin titubear, respondió: Yo también te amo, ¿?, pero estás casado… jamás rompería eso. Se dice que ambos trasladaron esa pasión imposible a la gran pantalla, protagonizando nada más y nada menos que nueve espléndidas películas.

Fue en la noche del sonado estreno de uno de sus filmes, en una grandiosa fiesta en Hollywood, que este caballero, de la mano de Olivia, al ser llamados ambos al escenario, dijo con voz entrecortada: Nunca una coprotagonista ha sido más amada, hasta el punto de que hasta hoy mirarla me duele porque no pudo ser mía. La sala quedó en silencio unos instantes, para después sucumbir con fuertes aplausos del público en pie. Las damas lanzaron las flores que llevaban como adorno a una emocionada Olivia, que se escondía tras los hombros del actor. Son las razones por las cuales lo amo y amaré, escribió en una ocasión de Havilland en su diario.

Les estoy dando muchas pistas y voy a concederles una más: este angelical a la par que varonil rostro pertenece a los que conforman la lista de los actores legendarios que jamás se llevaron la estatuilla de oro, por desgracia.

Quizás se pregunten por qué he optado por este ídolo de masas en el mundo del Séptimo Arte. No tengo ninguna preferencia sobre él, sin embargo, recuerdo haber visto a mi padre disfrutar de películas de este actor, sobre todo una concretamente, un film mítico de la historia del cine que desvelaría su identidad en el acto, así que no mencionaré el título. A mi madre le gustaba este actor y les contaré como anécdota que ella sugirió que a padre que se dejara bigote en sus tiempos mozos porque cuando vio a este actor por primera vez, le gustó cómo le quedaba (no es para menos). No se sorprenderán si les digo que el cambio fue bienvenido pero no comparable. ¿Acaso se puede mejorar lo presente?

Sería fantástico poder entablar comunicación con ustedes, mis queridos lectores. Si alguien sabe de quién se trata el apuesto actor sobre el que he creado este nuevo post, que haga un comentario, sin miedo ni dilación. Anímense, no les cuesta nada. Si no se atreven a tanto, tienen también la posibilidad de votar qué película protagonizó entre las cinco opciones que les presento.